NOEMÍ RAMÍREZ LÓPEZ

Los artistas han estudiado el cuerpo humano a través de los tiempos explorando sus capacidades expresivas y comunicativas, y utilizando diferentes medios. La obra contemporánea de Javier Marín, aborda la expresión de la corporeidad humana con gran dominio en la creación de formas y composiciones, en el manejo de materiales y contenidos del lenguaje visual.


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avier Marín, excelente escultor mexicano,1961, explora ampliamente la expresión de la corporeidad humana en la que muestra dualidades primordiales de nuestra existencia: lo femenino y masculino, la vida y la muerte, lo natural y lo “divino”, lo grande y lo pequeño. Contraste presente incluso en los materiales que trabaja: lo natural: el barro, lo artificial: resinas; sin embargo, estas dualidades o contrastes se presentan en constante comunicación, como conceptos opuestos que se unen a través de ciclos y dialogan fluidamente construyendo parte de la unidad en la existencia: Chalchihuite I y II.

Javier Marín. Siete Barbudos 2005. I, II, III, IV, V, VI y VII. Políptico. Carne seca y resina de poliéster.

Javier Marín. Siete Barbudos 2005. I, II, III, IV, V, VI y VII. Políptico. Carne seca y resina de poliéster.

Obras que transgreden el espacio intrínseco a “lo humano” en su escala maximizada: Cabeza de Mujer I, II y III; y Siete Barbados I, II, III, IV, V, VI y VII o bien minimizada: El Más Pequeño.

Piezas monumentales tridimensionales: el hombre y la mujer, la mujer y el hombre insistentemente parecen mostrarse, preguntarse y responderse sobre su existencia con la misma naturalidad que a sus cuerpos pertenece: sin máscaras, ropajes ni elementos decorativos adicionales, más que su propio movimiento y anatomía expresiva desafiantes incluso a las leyes naturales: Mujercitas y Hombrecitos, seguras de sí mismas.

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Javier Marín. Mujercitas y Hombrecitos (2000). Instalación. Resina de poliéster y bronce a la cera perdida.

O bien figuras humanas que alegóricamente se elevan con un carácter casi divino: Mujer Suspendida, en contraparte a las que yacen en el piso: Hombre Varilla II y Cabezas amarradas.

Javier Marín. Hombre Varilla II (2007). Resina de poliéster y bronce a la cera perdida.

Javier Marín. Hombre Varilla II (2007).
Resina de poliéster y bronce a la cera perdida.

Lo individual y lo colectivo, la vida y la muerte: cascada de humanidad que se reconoce en el ciclo del principio y el fin: cuerpos que descienden desde un punto cercano al cielo y llegan a tierra transformados en materialidad fragmentada, misma que sin duda se transformará en nuevos seres, de una “cierta manera”: BLANCOS.

¿De qué “cierta manera” darán vida? a la manera de Javier Marín. Creando hombres y mujeres contemporáneos cargados de tiempo e historia de vida. Cuerpos profusos, abundantes en movimiento, sinuosidades en sus líneas de expresión, miradas fijas involucradas en escudriñar este u otros mundos y otros más con ojos casi cerrados, como mirándose a sí mismos ocupados en sus reflexiones y pensamientos.

Javier Marín. Mujer de Pie (2006). Tabaco, madera, dorado y resina de poliéster.

Javier Marín. Mujer de Pie (2006). Tabaco, madera, dorado y resina de poliéster.

Pero la intención de Marín, no es la de presentar ni de representar la realidad, sino hacer visible algunas de las facetas del carácter simbólico de nuestro cuerpo, de nuestra humanidad y existencia, de ahí tal vez las dualidades que se perciben en sus esculturas.

La obra contemporánea de Marín, cargada de historia y tiempo, se nutre así mismo, de la historia de la humanidad y el arte; tal vez del renacimiento retoma el sentido de estudio de la naturaleza humana, época en que se re dignifica el simbolismo de la humanidad entendiendo a ésta como seres “creados por dios a su imagen y semejanza”, reconociendo en ésta la esencia de lo divino, a diferencia de la ideología que imperaba en su etapa predecesora, la edad media.

Javier Marín. Hombre Grande de Pie. Reedición 15 (2015) Sal y resina de poliéster.

Javier Marín. Hombre Grande de Pie. Reedición 15 (2015)
Sal y resina de poliéster.

Esta carga simbólica se nutre formalmente quizá “de cierta manera” del manierismo, época de la cultura universal surgida en Italia a finales del Renacimiento en que se construye el arte “a la manera de”. 

¿De qué “cierta manera” ?, en la obra de este gran artista podremos decir que su estilo personal impreso en cada obra, las hacen ser definitivamente a la manera de Javier Marín, arte del siglo XXI, quizás estemos frente a un “neo manierismo”.

Cerca de 150 obras de este escultor que revisan treinta años de su incansable producción, se presentan en tres espacios en la Ciudad de México: en el Antiguo Palacio de Iturbide actual Palacio Cultural Banamex muestra bajo el título de Terra, más tres piezas en la zona lateral de la Catedral Metropolitana, así como en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

En el Antiguo Colegio y bajo el título de Corpus. La Belleza de lo Imperfecto, se exhiben 48 piezas de distintos formatos realizadas entre 1988 y 2015, en diversos materiales: madera, bronce y resinas combinadas con materiales orgánicos como son: agua, tabaco y carne seca, e inorgánicos como el ámbar y fierro.

Esta magnífica exposición en el Antiguo Colegio de San Ildefonso inaugurada el 19 de noviembre de 2015, podrá ser visitada hasta el 20 de marzo del 2016.

Antiguo Colegio de San Ildefonso. Justo Sierra 16. Centro Histórico. D.F. http://www.sanildefonso.org.mx

firma


REFERENCIA

http://www.cultura.df.gob.mx/index.php/boletines2/7657-1105-15

https://www.facebook.com/AntiguoColegiodeSanIldefonso/posts/10153385553224542

http://fomentoculturalbanamex.org/javier-marin/