NOEMÍ RAMÍREZ LÓPEZ
Una de las características importantes del conjunto de obras es sin duda la diversidad del universo artístico a través de la que cada autor expresa y comunica su peculiar visión del mundo.
Docentes de la Facultad de Artes y Diseño, FAD, que son o han sido becarios del FONCA o miembros del actual Sistema Nacional de Creadores, exhiben en la Academia de San Carlos en su 233 aniversario.
“Las artes han sido posibles siempre bajo el signo del devenir, en el cambio, en la transformación continua, en la constante revisión crítica de las formas y los procedimientos, en el análisis de los mensajes encuentran la razón de su fuerza de comunicación y las condiciones mismas de su existencia”. (Dorfles, 2006)
Más de setenta excelentes obras entre pinturas, esculturas, instalación, dibujo y estampa de veintidós autores: Aceves Navarro, Javier Anzures, Luis Argudín, Pedro Ascencio, Francisco Castro, José de Santiago, Claudia Gallegos, Ulises García Ponce, J. Miguel González Casanova, Javier Guadarrama, Eloy Tarcicio, Jesús Martínez, Jesús Mayagoitia, F. Moreno Capdevila, Francisco Moyao, Luis Nishizawa, Kioto Ota, Noemí Ramírez, Ignacio Salazar, Diana Salazar, Patricia Soriano y Alejandro Villalbazo, dan muestra del alto nivel de producción de nuestra Facultad y de la diversidad de escuelas y estilos abordados, desde la neo figuración, geometrismo, conceptualismo, minimalismo, neo hiperrealismo, expresionismo, realismo, entre otros.
Una de las características importantes del conjunto de obras es sin duda la diversidad del universo artístico a través de la que cada autor expresa y comunica su peculiar visión del mundo. Cada artista presenta la manifestación pública de una visión privada, un camino propio y personal de percibir, crear, interpretar, entender y caminar por la vida creando sus propios caminos en el arte.
Al entrar a la exposición y estar presente ante las obras de estos maestros de la FAD y recorrer las salas de este hermoso recinto, no pude sino sumar mis recuerdos y emociones a la magnífica y plural muestra del conjunto. De golpe recordar que ese espacio ha albergado obras, pasos, presencias, momentos de vida de los artistas que han construido la historia del arte en México desde 1781 hasta nuestros días.
Obras de maestros, algunos de ellos a quienes tuve el honor de ser alumna; otros con quienes he tenido el gusto de coincidir en tiempo y espacio como profesores en la FAD. Algunos a quienes vi trabajar en los talleres cuando eran estudiantes; otros más con quienes he coincidido en otras exposiciones y otros que, procediendo de la escuela hermana en el arte La Esmeralda, se han incorporado a la planta docente de nuestro amado San Carlos, antes ENAP, ahora FAD. Integrando con absolutamente todos los maestros y alumnos, la comunidad artística en constante cambio, en proceso de creación, de crearse y recrearse en la producción y en la enseñanza-aprendizaje, más antigua de América Latina… todos somos 233.
Sin duda desde la creación de la Academia a lo largo de la historia, cada uno en su época nos han enseñado mucho más que la técnica, procesos de creación y comunicación, estructura narrativa y compositiva, análisis de mensajes, el lenguaje visual, la relación social del arte y cuanto involucra la obra artística.
Todos ellos, con sus propias obras, métodos diversos de enseñanza y presencia día a día; con sus personalidades tan diferentes nos enseñaron a profundizar en lo que hacemos en nuestras obras, a buscar “con la seriedad de un adulto y la libertad de un niño”, a enamorarnos del arte, a trabajar por él y para él. Nos han enseñado que cada una de sus obras ha sido producto de su conocimiento, profesionalismo, su compromiso, tenacidad, capacidades y su amor al arte. Esto es algo de lo que también se percibe en cada obra, artista y maestro en esta exposición.
Como docentes, al preguntar a cada estudiante por qué estudia arte, más allá de las respuestas del interés, de la necesidad de comunicarse y expresar, de incidir en el mundo a través de la imagen, más allá, al final de toda respuesta, quizás haya simplemente un: “porque debo hacerlo, es mi camino”… la respuesta final tal vez no tenga sentido, no tenga “razón”. Al grado que coloquialmente para otras actividades humanas existe el famoso dicho de “por amor al arte”… sin duda el arte tiene sus propias razones…el devenir es su símbolo, la transformación, la creación y comunicación son parte de su razón.
En esta celebración del aniversario 233 de nuestra amada FAD, a todos los docentes, alumnos, trabajadores, autoridades, colaboradores, expositores, a quienes concibieron, organizaron e hicieron posible esta exposición, ¡felicidades!
Todos somos 233, “por amor al arte”.
REFERENCIAS
Guillo Dorfles. (2006). El devenir de las artes. México: Fondo de Cultura Económica.
*Imagen Destacada: Pedro Ascencio Mateos. Caer volver a vivir. Oleo y encáustica/ tela. 150 x 180 cms. (2014).
