ADAN ZAMARRIPA


La comunicación es hoy bidireccional y multidireccional, ya no dirigida desde el poder de los medios tanto impresos como electrónicos.


La producción de contenidos se democratiza, así como su difusión y la posibilidad de interacción. No hace falta recalcar el uso del Facebook, Twitter y WhatsApp como sistemas de comunicación en los movimientos sociales y políticos. Es un arma de protesta, de denuncia, cada teléfono celular se convierte en noticiero en vivo, cada frase, cada acción del poder y del ciudadano común quedan en la red de las TIC.

Así, en Internet existe una infinidad de contenidos de toda índole y para todos los intereses ya sean académicos, noticiosos, culturales, de entretenimiento y de cualquier tendencia o ideología. De esta forma, el espectador pasivo del Siglo XX se convierte en personaje dinámico en la actualidad.

Alvin Toffler en su libro La Tercer Ola, publicado en 1979, anticipa el fenómeno del internet y su trascendencia en el mundo del Siglo XXI. Toffler confiaba que esta democratización de los medios llevaría al ser humano a la Sociedad del Conocimiento.

Aunque no es un término acuñado por él, sí describe su ideal del futuro, es decir, de hoy. Sin embargo, este mundo idílico e inteligente no sucedió del todo.

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Ilustración: Jessica Yamileh Aguilar Unibe

En los últimos años nos hemos llenado de novelas con adolescentes heroicos que vencen a las oligarquías absolutistas, fascistas y reaccionarias, así tenemos los Juegos del Hambre de Suzanne Collins, Divergente de Verónica Roth o Traición de Scott Westerfeld, todas ellas llevadas al cine con mayor o menor éxito.

Pocos novelistas futurólogos anticipan un porvenir utópico, justo, inteligente y feliz. El cambio climático, la hambruna, la sobrepoblación, la división de clases cada vez más acentuada, las guerras civiles y mundiales nos acechan día a día.

Este preámbulo novelístico me ayuda a introducir la discusión que a continuación planteo respecto a las utopías y distopías de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en la educación hoy día. Mencionaré algunas ideas.

Una de ellas, es que iban a suplantar a la escuela tradicional donde hay un docente transfiriendo conocimientos, experiencias, habilidades y, porque no decirlo, también sus miedos, angustias y frustraciones. No ha pasado, por ejemplo, el Sistema de Universidad Abierta de la UNAM utiliza la tecnología de Internet desde la década de 1990, pero los alumnos prefieren seguir asistiendo a clases. Optan por continuar sentados en un salón a visitar una clase virtual. Claro, me reclamarán que hay un sin fin de cursos, diplomados, licenciaturas y maestrías en línea, sí, pero es para aquellos que no pueden asistir a las aulas, seguramente, si hubiera el tiempo, se preferiría asistir a la universidad.

Desde luego la experiencia de la escuela presencial es más compleja; amigos, ligues, parrandas, contactos o simplemente salir de casa. La escuela tradicional es mucho más atractiva que estar sentado frente a la computadora en la soledad de la habitación. Así, los planteles con alumnos y maestros subsisten y así será por varias décadas.

Otra idea ¿no es una cuestión política y laboral más que académica y productiva la permanencia de la escuela tradicional? Por decreto podría decidirse “no más clases presenciales”, todos a Moodle, un docente para 300 alumnos que sólo verifica y califica. ¿Pero qué se hace con el ejército de maestros, administrativos y servicios ligados al proceso educativo? La escuela tradicional se sostiene no por su eficacia si no por una planta laboral que se alimenta por los propios maestros y el propio sistema que se reproduce al infinito.

Revisando los nuevos planes de estudio de la carrera de Diseño y Comunicación Visual fácilmente podrían mandarse a Moodle, o cualquier otro sistema de educación en línea, más de la mitad de las materias. ¿Y las habilidades (manuales, tecnológicas, críticas) como se transmiten? Hay tutoriales en video para el aprendizaje de las técnicas, hay conferencias en línea para las discusiones y las críticas, hay formas de comunicación instantáneas; conferencias, clases, mesas redondas en línea, información siempre a la mano. Los maestros frente al grupo son obsoletos, es más, estorban para el desarrollo de los alumnos. ¿Pero qué hacemos con ellos?

Una idea más; las TIC humillan al docente. ¿Qué pasa cuando un alumno “conectado” corrige en un dato al maestro? El docente entra en pánico, duda de su memoria y de sus conocimientos, pierde credibilidad frente a sus alumnos. Nuestra obsolescencia va en picada. Hoy para mantener la atención de los alumnos hay que ser medio cómico, medio papá, medio mamá, convencer, ser amable, complaciente, en fin, caerles bien a los alumnos, además hay que estar “actualizado” y ser experto en manejo de las TIC. ¿Alguna otra cosita más?

Otra idea que plantea el caso contrario ¿las TIC desinforman, desorientan, fomentan la “desmemoria”? Alumnos permanentemente conectados al Facebook, al Twitter, a los mensajes con amigos, novios, novias, además de los juegos de video, películas, programas de televisión y de internet, pornografía, etc. que inundan la red con notas intrascendentes, historias irrelevantes, periodismo falso, gatos y perros (sobre todo gatos).

Alumnos perdidos en la red, desinteresados en lo cotidiano y lo real, inmensos en un mundo fantástico, casi autómatas, fascinados por las modas de Internet; hoy es Corea, ayer Japón, mañana no sé. Antes la fantasía se vivía en los libros, en el cine, en la televisión, pero al llegar al salón de clases o al recinto escolar se entraba en la dinámica académica, hoy puedes acceder a ese mundo irreal de la web en cualquier momento y sumirte en el.

Las TIC no son el milagro de la enseñanza pues para tener acceso a ellas se requiere de tecnología que no llega a las poblaciones desfavorecidas en el mundo (electricidad, computadoras, redes WI FI, telefonía inteligente). No son el futuro porque el futuro llegó hace diez años y la oferta es la misma (cursos y diplomados en línea), no facilitan la labor del docente si no que la complican al obligarlo a ser experto en cómputo a nivel usuarios. No ofrecen un sin fin de contenidos pues aún en la llamada Web profunda los textos se repiten y entre más es la especialización se reducen los datos y no son de fácil acceso.

Entonces, ¿qué son las TIC? Un aparato de comunicación que permite las conversaciones privadas y grupales; mantiene al día los avances de investigaciones interdisciplinarias; es un vehículo de información bidireccional docente-alumno. Es una herramienta de aprendizaje tan valiosa como un libro. Permite tener de manera inmediata mucha información pero no necesariamente fidedigna.

Las TIC son una herramienta para la enseñanza pero no son la enseñanza; facilitan la comunicación pero no suplantan la interacción directa entre humanos. Llegaron para quedarse y hay que aprender a usarlas y sacarles el mayor provecho, además debemos rápidamente de convertirnos en productores de contenido para las TIC para no quedarnos rezagados en este futuro que ya nos alcanzó.

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