AMANDA SOLEDAD SOLÍS ESPINOZA1


Cuando las imágenes responden a la necesidad de esclarecimiento se les denomina ilustraciones, es decir, son aquellas imágenes construidas específicamente para ilustrar, todo aquello que nos es ajeno, lejano en tiempo y espacio.


Ilustrar es hacer imaginables mundos pasados o futuros. Imaginar refiere recrear en la mente desde “…cosas reales y materiales a otras inexistentes e ideales” (Martínez M. 2004: p. 17).  Inexistencia alude a la no realidad material o física, que como creación propicia una “forma de experiencia diferente a la sensación, pues los colores y sonidos que en ella percibimos son conservados en la mente, anticipados, recordados como sensaciones aunque hayan dejado de ser vistos y oídos” (Read. H. 1972: p. 49).

En opinión de Leonardo, es la ausencia de visibilidad la que demerita a la imaginación, entre otras cosas, porque ésta permanece encerrada en la memoria, este confinamiento a la oscuridad ocasiona la distorsión de objetos y sucesos; por el contrario, la luminosidad es la virtud de la pintura, es lo que la hace accesible a los sentidos por lo que la considera más cercana a lo verdadero, en resumidas cuentas, para él, imaginación es ficción.

Afirma que, tanto el discurso como el artificio de la pintura son más complejos, y por ende, de mayor alcance en su manera de representar al mundo, esto, no sería posible sin el “ingenio” del pintor, de hecho, en esto coinciden Leonardo y Cennino, lo que sucede es que en el primero el ingenio se relaciona directamente con la invención, pero para ésta, es necesario recurrir a la memoria, y por tanto a la imaginación; esto puede parecer contradictorio, pero hay que recordar que Leonardo abogaba por la constante confrontación de la mirada con la naturaleza, además buscaba que el proceso mismo de observación fuera más consciente, de manera que disminuyera el margen de error al recrear a la naturaleza nuevamente. En el caso de Cennino Cennini[2], la palabra “ingenio”, cambia por fantasía, siendo ésta, la capacidad de “hallar cosas no vistas”, es decir, no corresponden con la realidad inmediata pero si responden a una imagen mental de algo visto y transformado anteriormente.

Podemos concluir que la noción de ilustración implica un triple proceso manifestado como unidad:

1º Asimilación de lo externo, como camino o proceso cognoscitivo.

2º La imagen mental, traducida como una idea del mundo, interviene la imaginación, la memoria y el juicio.

3º El trazo o factura materialmente hablando, la proyección de nuestro pensamiento para hacerlo extensible y comunicable.

Hablar de la construcción de un discurso científico, a través de imágenes,  implica un proceso de adaptación del proceso creativo a un nuevo tipo de lenguaje, la sintaxis del discurso visual, intima seriamente su relación con el contenido semántico, de manera que la imagen se transforma en una especie de esquema de pensamiento.

La reconstrucción hipotética del Edificio 40, en el Complejo de las Columnas

Ahora bien, la ilustración científica en el contexto arqueológico, denota el proceso descrito anteriormente, e incluso diserta sobre lo que afirma Leonardo, ya que la arqueología  tiene por objeto el estudio de civilizaciones pasadas, y por ende, ya no hay un referente visible, sólo quedan vestigios, y es a partir de éstos, y mediante una estricta metodología de la investigación arqueológica que se plantean mundos posibles[3], o hipótesis y teorías acerca de la vida que llevaron nuestros antepasados, todo esto bajo cierto rigor científico.

Un elemento medular de dicho método, es el registro de los yacimientos arqueológicos, en el que los dibujos y fotografías juegan un papel principal.

En lo alto del Tajín, al norte, se halla el Complejo de las Columnas, en la actualidad esta área está restringida al público. Se cree que el edificio más grande pudo ser el palacio de gobierno del último gobernante de El Tajín: 13 Conejo.

No se trata de una simple creencia: hay columnas labradas que lo retratan. Así, nos es revelada otra función de la imagen: la de documento o testigo de toda una época, pues son interpretaciones que infieren o deducen, preservan y revolucionan.

En la excavación arqueológica es necesario quitar la hierba a los montículos, bajo ellos, se descubre un pequeño edificio denominado 40. Los primeros dibujos que lo retrataban, lo manejaban como un anexo al Edificio de las Columnas, aunque en realidad la primer excavación del pequeño montículo fue en 2009 [4], y vuelto a excavar en 2011 y 2012.

En la primer temporada fuimos 3 dibujantes, las tres egresadas de la entonces ENAP, Reyna Albarrán y Karina Acosta hicieron los primeros dibujos de perfiles estratigráficos, y a mí me correspondió hacer los dibujos de la vista en planta con referencia a la retícula (cuadrícula trazada con hilos para ubicar geográficamente al edificio).

En la temporada de 2011, solamente fui yo como dibujante, y tuve que hacer la difícil tarea que antes hacían las otras ilustradoras, dibujar los perfiles, además de mi trabajo de la vista en planta. Sin embargo, fue muy gratificante esa temporada, mis dibujos de piedras aparentemente distribuidas sin orden alguno, empezaron a mostrar cierto alineamiento, que al igual que otros trazos paralelos definían las escaleras y uno de los muros del edificio. A partir de estos dibujos, tanto en planta como perfil, las medidas, estudios e indicaciones del arqueólogo, además de buscar referencia en otros planos pude hacer una representación hipotética de cómo se veía el Edificio 40.

imagensolis

Como conclusiones menciono, que la percepción trasciende el mero registro del entorno, implica un proceso cíclico, en el que no solamente aprendemos a partir de la información que recibimos, sino también, a partir de lo que transformamos debido a la constante confrontación del exterior con nuestra propia mente. Así, para hacer plausible la extensión del conocimiento, es necesario hacer a las imágenes tangibles y comunicables, es esta la razón por la cual se denomina a estas imágenes re-presentaciones, pues nos vuelven a presentar la realidad de una forma en apariencia más digerible, la representación es entonces la consecuencia lógica y perceptiva de la creciente elaboración del mundo visual creado por el hombre [5] (Ibídem: p.190), y que en esta ocasión nos abre una ventana al pasado.


NOTAS

1 Egresada de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, ha sido becaria por parte de CONACyT, dentro del proyecto arqueológico MORGADAL GRANDE, apoyando al área de ilustración científica, tanto de campo como de gabinete. Actualmente imparte clases a nivel secundaria en la asignatura de Tecnología en Diseño Gráfico.buscar referencia en otros planos pude hacer una representación hipotética de cómo se veía el Edificio 40.

[2] El libro del arte fue escrito a finales del siglo XIV, incluso es considerado un puente o transición entre los recetarios medievales y el naturalismo renacentista.

[3] La noción de mundos posibles y enunciados contra fácticos ha sido desarrollada ampliamente por la Filosofía de la ciencia

[4] Temporada de campo verano de 2009 a cargo del arqueólogo Arturo Pascual Soto, responsable del Proyecto Morgadal Grande.

[5] Ibídem: p.190

REREFENCIAS

  • BRUNO, Giordano (2007). El sello de los sellos. España: Libros del Innombrable.
  • DA VINCI, Leonardo (2004). Tratado de la pintura. Argentina: Andrómeda.
  • LEWIS-WILLIAMS (2005), La mente en la caverna: Akal
  • Martínez Moro, Juan (2004). La ilustración como categoría. : una teoría unificada sobre arte y conocimiento. España: Trea.
  • PASCUAL SOTO, Arturo. Los Murales del Edificio 40. Arqueología Mexicana. Vol. XVIII-Núm. 107 Enero-febrero 2013.
  • _____________(2009). El Tajín. Arte y poder. México: IIE, UNAM / INAH.
  • _____________(2006). El Tajín, en busca de los orígenes de una civilización. México: UNAM/IIE/INAH.
  • READ, Herberth (1972). Imagen e idea, México: Fondo de Cultura Económica.
  • SANTAELLA, Lucía (2003), Comunicación, semiótica y medios. Brasil: Reichenberger.
  • SITTÓN, Mair (2009), Sacrificios de sangre: Rituales sagrados en la región de El Tajín, tesis para obtener el doctorado en Estudios Mesoamericanos, actualmente en proceso.
  • TRABULSE, Elías (1995), Arte y Ciencia en la Historia de México, México: Fomento Cultural Banamex.