Imagen 1.

SEIKO VELASCO VILLANUEVA


La revisión de las imágenes que permiten la integración de la violencia en el imaginario colectivo, se presenta apremiante, en el contexto de una sociedad mexicana que se encuentra acotada en un proceso a nivel global, donde la violencia cobra una mayor visibilidad en los medios de comunicación, creando un ecosistema mediático que remedia la violencia.


Al fenómeno de remediación ecosistemica de la violencia, Fernando Subirats lo describe como la cultura de la violencia (2000:203), y que en su forma latinoamericana es nombrada por Kency Cornejo (2016), como una cultura del miedo, la cual de manera local se entiende por Rossana Reguillo como violencia comunicacional; misma que tiene como principal característica la disolución de la persona, al transmutarla en cuerpo, y que como segundo carácter, encuentra al cuerpo roto que actúa como índice de una escena, para finalizar con la presencia fantasmagórica de un poder previo que regula la violencia.

“Frente a estas violencias comunicacionales, el lenguaje naufraga, se agota en el acto mismo de tratar de producir una explicación, una razón; las violencias hacen colapsar nuestros sistemas interpretativos pero al mismo tiempo, estos cuerpos rotos, vulnerados, violentados, destrozados con saña, se convierten en un mensaje claro: acallar, someter. Silencio control que, desde la violencia total avanza en el territorio mexicano sin contención alguna” Reguillo.

Por esta razón, se torna primordial la observación, detenida y cuidadosa, de los medios de representación visual de la cultura de la violencia, en busca de entender las formas en que se articulan las representaciones de las violencias comunicativas.

El ambiente de violencia total que se vive en México, ha propiciado que cambie la manera en la que se ejerce el fotoperiodismo, sobre todo, cuando este ejercicio es dentro de la nota roja, donde se ensayan las maneras en las que la violencia se representa (Villanueva, 2014: 336).

En la imagen fotoperiodística, de nota roja, los lindes de la violencia visible tienden a ser franqueados en su representación, la imagen de la violencia tamiza la realidad, alejando a quien ve, de la violencia inmediata. Los cambios experimentados en este tipo d imagen, a lo largo de las últimas dos décadas, han coadyuvado a la ampliación del umbral de lo visible, aboliendo el límite entre lo público, lo privado y lo tabú. Hecho que ha permitido la constante reformación de los límites estéticos, marcados por la pulsión visceral de la náusea y el asco, este último ya propuesto por Kant como el límite de lo estético.

Para Amanda De la Garza (2016), el asco es patente como límite de lo visible en la imagen de nota roja contemporánea; lo caracteriza como “[…] la pulsión visceral que hace que volteemos el rostro ante una imagen […] la reacción patológica que causa náusea”. Es decir, el asco impone el término de lo visible y lo invisible en la nota roja. Este límite se ha ido expandiendo mediante la inclusión de elementos estéticos en la composición fotográfica de los medios de comunicación impresa.

La inclusión de nuevas formas de representación visual de los hechos de sangre en el fotoperiodismo, ha coadyuvado en la transformación del marco estético que delimita a la imagen en general. La belleza o lo sublime, como borde estético, se torna borroso; se ve rebasado ante la verosimilitud de la imagen fotográfica de nota roja, que en su interior contiene las formas de lo grotesco y lo feo, desplazando el límite impuesto por el asco.

Este desplazamiento de los lindes estéticos crea narrativas visuales, que describen el horror y el terror; formas escénicas de representación de la violencia que permiten la generación de modelos pre-cognitivos, con los que el receptor de las imágenes, se anticipará al acto de establecer relaciones con su entorno. Según Foster, estos modelos generados por la imagen, dotan a la sucesión histórica de imágenes del sentido de realidad, “[…] es la generación de algo real sin origen ni realidad: lo hiper-real”. (2001: 68)

El alejamiento de las fronteras estéticas de lo visible crea modelos escénicos que permiten la narrativa hiper-real de la violencia; la cual, se utiliza como herramienta para relacionarse con el mundo, para conocerle. Así, encontramos en la imagen de nota roja contemporánea, una propuesta estética que en sí misma puede caracterizar una tipología de la representación de la violencia, que se asume dentro del programa mayor de la cultura del miedo y una industria de la violencia, que posibilitaría una nueva forma de epistemología.

Pero, ¿qué conocimiento puede resultar del modelo cognitivo basado en las representaciones de la violencia?, según Cuauhtémoc Medina (2014), el conocimiento que se da a partir de la nota roja, es aquel que va en contra de la incertidumbre. Es decir, aquello que se opone activamente al ambiente de incertidumbre que domina los aspectos sociables de lo social, lo inmediato, lo obsceno.

“A diferencia de la política, el arte o la filosofía, la muerte violenta, la infracción social, la lucha entre policías y ladrones se aparece ante los ojos de los hombres como una realidad incontestable. […] únicamente hechos donde el bien y mal están claramente disociados. Ofrece a su público un terreno todo menos fantasmal, un campo firme. El cuerpo herido de mil punzadas de picahielos y la fábula del crimen y castigo convencen en la medida en que ninguna idea es capaz de justificar la existencia, en que los programas políticos están construidos de fraude, en que son de humo las esperanzas de progreso personal” (Medina, 2014)

Siguiendo la reflexión de Medina sobre la fascinación del mexicano por la nota roja, en tanto que única posibilidad de certeza; se puede afirmar, que en el momento corriente las grandes narrativas y relatos fundacionales, los héroes y sus mitos, se desvanecen ante la decepción generalizada al ver fracasar en la praxis, a sus expresiones institucionalizadas. La corrupción ha desgarrado el tejido de las instituciones sociales, permitiendo ver las entrañas de estas mismas; un asomo a la realidad contingente. Existe aquí la emergencia del  desengaño como posibilidad epistemológica; en México se podría hablar, más allá de un desengaño, de un desencanto; de acuerdo con Roger Bartra, una melancolía propia del mexicano.

La epistemología, convencionalmente entendida, sería opuesta por esta forma melancólica del desencanto. Es posible que estemos ante una nueva forma de epistemología, que parte de lo visual para anclarse en lo real, en la violencia mediatizada y en la pulsión de muerte como única certeza; la epistemología del desencanto. Aquella que permite oponerse ante la incertidumbre a partir de la concreción de la muerte, de su reforzamiento constante a partir de su mediatización.


NOTAS

[1] Es académico de la Facultad de Artes y Diseño, titulado en la Licenciatura en Artes Visuales, actualmente participa en el Grupo de Investigación Imago Postaural.

REFERENCIAS

  • CORNEJO, Kency (2016). Centroamérica: Arte, Intervención, y Gestos Decoloniales. Conferencia impartida en el marco de la catedra “Helen Escobedo: estética política e historiografía crítica del arte contemporáneo en México y América Latina” CDMX: MUAC-UNAM.
  • DE LA GARZA, Amanda (2016). Registro y documento del cadáver en la fotografía contemporánea. Conferencia en el marco del seminario “imágenes y palabras arrebatadas al infierno. Fotografía, escritura y violencia en México”. CDMX: MUAC_UNAM.
  • FOSTER, Hal, (2001). El retorno de lo real. Buenos Aires: Akal.
  • MEDINA, Cuauhtémoc (2014). Mujercitos. México: RM-VERLAG.
  • MITCHELL, W.J.T. (2009). Teoría de la imagen: Ensayos sobre representación verbal y visual. Barcelona: Akal.
  • MITCHELL, W. J. T. (2003). “Mostrando el ver: una crítica a la cultura visual”. Estudios Visuales, No. 1.
  • SUBIRATS, Fernando (2000). Violencia y civilización. En Kurnitzky, Horst Comp. Globalización de la violencia. México: Colibrí.
  • VILLANUEVA, Astrid (2014). Contra el silencio forzado: el periodismo mexicano en la hora del lobo. Luna córnea, número 35.

REFERENCIAS ELECTRÓNICAS

  • Reguillo, Rossana. Ver. E-misferica-8.2 La narcomáquina y el trabajo de la violencia: Apuntes para su decodificación. http://hemisphericinstitute.org/hemi/es/e-misferica-82/reguillo

IMÁGENES

  1. Seiko Velasco Villanueva

    De la serie Postales de Babel

    Quien vive?

    Fotografía digital

    2012