LAURA AMPARO CORONA GARCÍA
Pollock (2000)
Dirección: Ed Harris
Producción: Fred Berner, Ed Harris, Jon Kilik, James Francis Trezza,
Guión: Barbara Turner, Susan Emshwiller
Basada en la novela Jackson Pollock: An American Saga de Steven Naifeh y Gregory White Smith
Fotografía: Lisa Rinzler
Protagonistas: Ed Harris, Marcia Gay Harden, Amy Madigan, Val Kilmer
La película Pollock (2000), dirigida y protagonizada por Ed Harris, nos muestra la vida de este importante artista del siglo XX en una dimensión profundamente humana, paradójica y contradictoria. Atormentado por sus propias pasiones, Jackson Pollock (1912–1956) encontró en el arte el camino que le permitió inaugurar y desarrollar un nuevo lenguaje dentro del Expresionismo abstracto o Action painting, gran aportación del arte norteamericano en el siglo pasado.
Vemos también en la cinta el escenario artístico neoyorkino de los años cuarenta y cincuenta y a sus protagonistas, algunos en breves intervenciones: Willem de Kooning (interpretado por Val Kilmer), Tony Smith (John Heard), William Baziotes (Kenny Scharf), Franz Kline (Tom McGinnes), Robert Kadish (Mathew Sussman), artistas; Cleem Greenberg (Jeffrey Tambor), Harold Rossenberg (John Rothman), críticos de gran importancia, este último fue quien, precisamente, estableció el término Action painting en 1952. Y por supuesto la gran mecenas, coleccionista, cuya influencia fue definitiva en la proyección de las carreras de muchos artistas y del arte norteamericano, Peggy Guggenheim (Amy Madigan), aparece también la galerista Betty Parsosns (Bárbara Garrick) representantes todos ellos del mundo del arte de entonces.
La interpretación de Harris es impresionante en muchos sentidos, no sólo porque logra trasmitir, con enorme intensidad, la compleja personalidad del pintor, sino también por la habilidad con la que reproduce la forma de trabajar de Pollock, su gran energía, la gestualidad corporal al lograr un movimiento rítmico en la creación de sus obras. Siempre insatisfecho, en un constante debatirse entre el éxito y la aflicción que se refleja en muchos momentos, como en la crisis que le detona la filmación (el cine dentro del cine) de un documental al sentirse un farsante, que el actor y director nos presenta.
Destaca, asimismo, la actuación de Marcia Gay Harner caracterizando a Lee Krassner, compañera de Pollock, a quien se dedica en cuerpo y alma, dejando incluso su propia carrera artística. En una de las escenas reveladoras, que anticipa lo que significará esta relación sumamente conflictiva, ella pregunta con insistencia a Pollock acerca de un cuadro que realiza, tratando de interpretar, descifrar la composición de la obra, el pintor le responde fastidiado que lo haga ella. Harris y Gay Harner consiguen, de manera magistral, retratar el infierno cotidiano en que se convirtió la vida de los personajes que encarnan, pero, al mismo tiempo, se evidencia cómo el apoyo de Krassner fue fundamental para la carrera del creador.
Los diálogos entre los artistas y críticos, las respuestas de Pollock para el reportaje que la revista Life le dedicó (en el film aparece un ejemplar abierto en un plano inicial e incluso se utiliza material visual histórico y documental que apoya la película), dan cuenta de las preocupaciones y reflexiones del pintor y de su época para trazar el marco en el que se desenvolvió. Sin duda, la cinta aporta elementos que nos permiten acercarnos a este genio de la pintura y al mundo artístico de su tiempo,
Imprescindible para todos aquellos que se interesen por el arte.