VANÍA BARRÓN JUÁREZ
Alumna de la Facultad de Artes y Diseño 

Cuando se ve una película, serie de televisión, caricatura, o cortometraje, ya sea en 2D o 3D, con cualquier tipo de animación, siempre se tiene presente a uno o más personajes[1] que aparecen en la historia. Además de verlos, a veces el espectador llega a identificarse con alguno de ellos sin importar la edad; por ejemplo, de niños ¿quién no quería ser un súper héroe o alguna guerrera mágica? o ¡¿incluso un villano?! Este reconocimiento con dichos caracteres se produce sin saber realmente por qué, quizás alguna cualidad, característica u otro elemento crea la sensación de que esas figuras son parecidas a la audiencia que los sigue.

Este tipo de producciones tiene gran demanda por lo que la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, como parte de la licenciatura de Artes Visuales, imparte el taller de “Producción Audiovisual de Animación” cuya finalidad es introducir al alumno en este tipo de arte desde sus diferentes tipos hasta su aplicación dentro del mundo artístico, pues crear dibujos ha evolucionado a lo largo de la historia y se convirtió en lo que hoy se conoce como “Animación Digital”. Este método es perfecto para que jóvenes creadores se inspiren y sigan imaginando, innovando y, principalmente, actualizándose, ya que la tecnología avanza rápidamente y afecta al mercado laboral. La animación digital no está peleada con la tradicional, ambas pueden complementarse y lograr resultados inimaginables de gran calidad.

Al suponer que hay interés en el arte de la animación, el individuo en cuestión debe hacer una serie de pasos para crear un personaje. Si se quiere trabajar la animación tipo 2D e incluso se tiene una idea, mejor dicho, un tema de lo que tratará ésta, por ejemplo, ‘fantasía’, lo siguiente es delimitar el fondo y asignar un título: “Ninfa de las aguas de cristal”; entonces a la ninfa se le crea una pequeña biografía, mencionado aspectos como su pasatiempo, gustos personales y carácter emocional, finalmente se le pone un nombre, por ejemplo, “Nanami”[2], todo para nutrir y enriquecer el proyecto a realizar. Tras establecer lo básico, se debe pensar en el tiempo que durará la animación, ésta puede ser de cinco minutos o más, ya que el tiempo es indiferente, depende del formato que se quiera usar; si es un cortometraje un minuto puede ser suficiente, o si se trata de un largometraje, una hora. Es importante crear un guión donde se contará la historia para llegar a la finalidad del trabajo sin desviaciones innecesarias.

Teniendo claros estos puntos, se puede decir que todo va bien; sin embargo, aún queda un cabo suelto: crear el aspecto físico de la ninfa. En este aspecto del proceso intervienen muchos factores, se pueden toman referencias visuales del mundo, quizás de películas animadas, caricaturas, anime, videojuegos o incluso la vida misma, todo depende de la visión del artista.

 

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Ejemplo “Nanami” Bocetado con lapicero HB


A continuación se muestran un par de propuestas bocetadas por el autor del artículo:
Una vez creadas varias propuestas se elige la que más guste o adecue a los objetivos del interesado, luego se realizan los bocetos desde diferentes perspectivas para obtener una mejor visualización desde todos los ángulos.

A continuación un ejemplo de las vistas frontal y lateral:

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Ejemplo “Nanami” perspectivas Bocetado con lapicero HB


Para completar la creación se lleva a cabo un estudio sobre las emociones para poder estampar distintas poses de el rostro:

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Ejemplo “Nanami” Bocetado digital


Durante la estapa final se elige una paleta de color, respecto a su piel, cabello y vestuario, puede ser elegida por gusto personal pero es recomendable que haya armonía, por lo que se debe analizar el personaje y hacer pruebas de color para experimentar con éste, para observar si dichos colores son adecuados o no en este caso, para Nanami.

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“Nanami surge del agua” Vania barrón Juárez, Ilustración digital 2016

 

 

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Paleta de color obtenida de la fotografía de una ola


Después de un largo proceso se llega a un resultado que puede quedar sujeto a cambios. Realizar una animación de este estilo lleva tiempo y dedicación, crear un personaje puede volverse algo complejo, pero si se tiene desde el inicio un concepto claro, se obtendrán buenos resultados. Es importante fundamentar y documentar cada aspecto del personaje, tener presente un buen argumento y estar abierto a las críticas constructivas de aquellos que trabajen en el mismo medio, ya sea en equipo o de manera individual.


Se aconseja a los creadores de la imagen no tener miedo de hacer bocetos, todo pensamiento, por más pequeño e incluso absurdo que les pueda parecer, tiene la capacidad de volverse algo digno de admirar.



[1] La definición de personaje, según el Diccionario de la Real Académia Española, tiene las siguientes acepciones:

  • m. Persona de distinción, calidad o representación en la vida pública.
  • m. Cada uno de los seres reales o imaginarios que figuran en una obra literaria, teatral o cinematográfica.
  • m. Persona singular que destaca por su forma peculiar de ser o de actuar. El boticario del pueblo es todo un personaje.
  • m. desus. Beneficio eclesiástico compatible con otro.

En este caso, tomaremos como significado el punto número dos.
[2] En japonés, significa “siete mares”. Tomado de: http://blogdelotaku.blogspot.mx/2012/08/nombres-japoneses-de-chica.html