CARLOS HERNÁNDEZ VALDÉZ
Alumno de la Facultad de Artes y Diseño 

El fenómeno post-dictadura simboliza un devenir en el México colonial y ha de asumirse que el México contemporáneo es un reflejo de aquellos hechos y desechos históricos que se infiltraron en una sociedad que buscaba su propio camino. El sendero forjado por el movimiento revolucionario mexicano trajo consigo una sociedad medianamente distinta. Entrelazó herencia y novedad en un sincretismo evolutivo que impera hasta nuestros días.

Es necesario recalcar que la Revolución Mexicana no es un hecho apartado a las demás sociedades, sobre todo europeas. Si bien, la violencia en México no es la misma que en los demás países de Latinoamérica, si se puede tomar a latinoamericana como una razón conjunta, tampoco está totalmente distante de ellas. Las otras revoluciones no han sido muy diferentes, sólo temporalmente indistintas. El problema de la abolición de un régimen totalitario se vuelve el ancla de unión entre sociedades diversas a lo largo del mundo. La unificación de sus diversas manifestaciones en oposición a la violencia sociopolítica dio como resultado una “liberación” y un rompimiento en los estrados de comodidad diplomática en todos los casos. Un ejemplo de esta ruptura es el surgimiento del muralismo mexicano, el cual cumplía una doble pero única función: abrir el diálogo creativo para generar interlocución y así mismo llevar la denuncia a otros planos.

Las fronteras sectoriales se rompen a través del entendimiento y aprendizaje de un código, mismo que se utiliza para llegar a un público específico. La pregunta al retrato actual de la cotidianeidad mexicana debe responderse con la constante de una sociedad cambiante, diversa, que comienza a despertar. La imagen se yuxtapone a manera de respuesta incesante pero no uniforme, pues no existe un mensaje duradero que se esclarezca ante la necesidad del cambio: en el caso del México contemporáneo, la imagen surge como código, pero también se rebela al mismo. Fruto de un entorno convulso, México se sitúa en una decadencia creciente. Se sirve de la imagen para atestiguar y para dialogar con ella, se sujeta a un contexto donde la realidad social se impregna de una esencia política y la revisión crítica de este panorama, a través de la imagen, se vuelve a veces caótica.

Imagen 1.


El entorno cambiante, las constantes luchas sociales, el narcotráfico, la violencia política, vuelven a México un territorio de estabilidad limitada. Esta relación con el componente sociológico es un factor crucial en la emergencia de un discurso, al que se antepone el carácter social, grupal o público del mismo. La forma conceptual de la imagen se ve influenciada por la forma externa y por el entorno caótico que la amolda. Esta barrera de significación tiene que ser traspasada para lograr la trascendencia del mensaje entre la divergencia de múltiples posiciones y perspectivas del imaginario visual y el régimen escópico que ahonda en los medios masivos, a los que la mayoría popular tienen único acceso. Un intermedio podría resultar efectivo, convertir la historia en imagen demuestra experiencia en el mundo cotidiano y recuerda que al final de todo el hombre está atado a su panorama, pero no por ello hundido en el inconsciente óptico.

En tanto las propuestas artísticas crecen, también lo hace el medio crítico. Se incrementa la visión de pluralismo significativo y al mismo tiempo se exploran las posibilidades interdisciplinarias de prácticas aparentemente aisladas. La imagen se inserta como una revisión crítica del panorama para diferirlo y optar por su acercamiento a través de la representación como una forma de testimonio y por ello como denuncia.

En una sociedad donde no se quieren leer imágenes, la dosis de realidad podría despertar en el espectador la conciencia de una visión alternativa y no por ello menos real. Conocer el mundo real directamente en posición de espectador puede abrir el pensamiento a la apreciación de lo cotidiano en la vida, por más violento que éste sea, a fin de cuentas el mexicano está confrontando su propio mundo.



Fuentes de información.


-García Canclini, Nestor. 1979. La producción simbólica. Teoría y método en sociología del arte. México: Siglo XXI
-Reguillo, Rossana. 2002. ¿Guerreros o ciudadanos? Violencia(s). Una cartografía de las interacciones urbanas. USA: MORAÑA, Mabel. Instituto de Internacional de Literatura Iberoamericana.
-Reguillo, Rossana. La narcomaquía y el trabajo de la violencia: Apuntes para su decodificación. s/f. Hemispheric Institute.

http://hemisphericinstitute.org/hemi/es/e-misferica-82/reguillo (consultado el 5 de septiembre 2016.)

 

Imagen de portada

José Carlos Valdez,

Disyuntiva, de la serie Acto Político.

Collage. 2016

 

Imagen 1. 

José Carlos Valdez,

Registro, de la serie Acto Político.

Collage. 2016.