DORA INFANTE SANTIAGO
Alumna de la Facultad de Artes y Diseño 

Carol Miller es periodista, escultora, escritora de textos arqueológicos y critica de cine. Nació en Estados Unidos pero ha sido naturalizada mexicana y reside en nuestro país desde 1952. Se ha distinguido por sus aportaciones en México sobre estudios del mundo maya y otras culturas mesoamericanas, también ha publicado libros en inglés y español. Empezó su carrera como periodista a los 15 años de edad y fue corresponsal de la Revista Life en español entre 1962 y 1965. También fue nombrada como agregada cultural de la embajada de Grecia en México por sus escritos y artículos sobre la cultura helénica en la prensa mexicana. Actualmente es consultora del centro de estudios de la cultura Maya en la UNAM.

DI: ¿Cómo llegó usted a México?

Carol Miller: En autobús. En serio. Subí a un autobús y continúe en él hasta que llegó a su terminal, me bajé y me quedé.

DI: ¿Qué edad tenía aproximadamente?

Carol Miller: En aquel entonces… 19 o 20 años, algo así.

DI: ¿Cómo nació en usted la inquietud por el arte?

Carol Miller: He tenido el arte en mi vida desde siempre. Mi mamá era diseñadora de interiores y jardines, colaboraba con arquitectos, pintaba, hacia cosas creativas y en esa época, en los años 50’s, la gente hacia todo. Nadie tenía que ser un pintor, escultor o un ceramista, o dibujante, podrías ser todo lo que querías entonces. Yo crecí así. Hice joyería, coleccionaba libros, leía constantemente. Siempre he estado cerca del arte y la naturaleza y para mí son casi indistintas.
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Pero vivir en México me abrieron muchas posibilidades, como te comentaba hace un rato. Todo es posible. Un día, el director de la revista tiempo, quien era muy amigo mío, y se le murió su crítico de cine me preguntó: “¿Quieres ser mi crítica de cine?”. Y le dije: “desde luego, he sido crítica de cine toda la vida”. Entonces me dijo: “Pero lo tienes que escribir en español toda la vida, si no te importa. Tú puedes.” Y sí pude, estuve varios años como crítica de cine en la revista tiempo.

DI: ¿Qué le hizo sentirse identificada con la escultura?

Carol Miller: Uno de los reportajes que hice para Life en español era sobre una escultura mexicana, Charlotte Yazbet, que en aquel entonces exhibía su trabajo en la feria mundial de New York, en el año de 1964. Nos hicimos amigas y además éramos vecinas. Nuestras vidas convergieron y ella fue la que me inició a partir de una velada donde estuvimos dibujando, pintando y jugando con pintura, haciendo texturas con trapos y motitas para lograr texturas en una superficie. Y yo empecé a trabajar con el pulgar e hice una figura de mujer y dijo: “Tú no eres pintora, eres escultora. Ahí está mi estudio, usa todo lo que puedas necesitar, prueba’’. Lo probé y me gusto. Después llegó una crítica que era muy famosa en ese entonces, Margarita Nelken, hizo un artículo sobre mi obra, también llegó la dueña de una galería y ella empezó a vender mis esculturas desde el principio. Fue un éxito y desde entonces he sido escultora. También soy traductora, periodista, investigadora, pero no soy arqueóloga, sólo escribo sobre la arqueología.

DI: ¿Qué material utiliza más para sus esculturas?

Carol Miller: Empecé con barro y use barro exclusivamente usando los moldes de yeso y el yeso en cera y la cera en bronce, toda mi obra sigue siendo bronce, pero ya no trabajo barro por que el barro tiene un camino propio. Antes no me gustaba, porque el barro es muy exigente, muy celoso, tienes que atenderlo y es mucho trabajo físicamente, además de agotador. Actualmente trabajo en plastilina.

DI: ¿Cuál ha sido su mayor satisfacción como escultora?

Carol Miller: No hay una mayor satisfacción, todo es satisfacción. Desde el hecho de pensar en una pieza, porque no hago dibujos, no tomo fotos ni uso modelos, todo está en mi cabeza; es un gran gozo concebir una pieza en mi mente y un enorme placer convertirlo en una escultura real de 360°. Es gratificante cuando la gente ama lo que hago y lo quiere ver y tocar por todos lados.

Muchos escultores dicen que son pintores o viceversa pero no están fácil, ellos piensan que están relacionados las dos actividades, pero no es así. La escultura es una cosa, no tiene nada que ver con pintura, ésta es una mentira, te hace pensar que estás viendo algo que no existe y cuya perspectiva, proporción y volumen son reales, pero la escultura sí tiene que ser real, es una disciplina totalmente diferente, por eso es muy importante hacer la distinción entre escultura y pintura.

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DI: Como escultora ¿qué circunstancias difíciles ha tenido que enfrentar?

Carol Miller: Cada pieza es difícil, hay que resolverla y realizarla. Fuera de eso no he tenido circunstancias difíciles… Bueno, un ejemplo que recuerdo es de 1983, tenía una gran exposición en Washington, en el banco interamericano del desarrollo, un gran honor por cierto. El licenciado Ortiz Mena inauguraría mi exposición; su esposa mandó las piezas a Washington para montar la exposición y dos llegaron rotas. Tuvimos que buscar cerca de Washington una fundición capaz de reparar mis esculturas. Fue mi más difícil momento tecnológico porque en México funden de forma parecida a como se funde en china el vaciado a la cera perdida, pero la mayoría de las fundiciones en Estados Unidos no; si hubiese estado en california no habría tenido problema. Con trabajo encontré una fundición en Virginia, perteneciente a unos italianos, pero ellos no entendían como lo habían hecho los mexicanos, entonces tuve que hacer que entendieran como la fundidora mexicana realizó la fundición. Sí lo lograron.


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Otros momentos no difíciles que he tenido, pero notables por ser cómicos, son tres. Una vez participé en una exposición del Museo de Arte Moderno de Chapultepec con una pieza que fue para los juegos olímpicos, era un felino de tamaño mediano, pero se robaron la pieza, nadie supo cómo pasó… Imagino que debieron haberla sacado por la reja a pesar de que pesa mucho el bronce. Me tuvieron que pagar el seguro. Hasta la fecha nadie sabe qué pasó. Creí que eso jamás volvería a suceder; sin embargo, cuando fueron los olímpicos en los Ángeles, volvió a pasar. Había una exposición en una galería que me representaba ahí y les robaron una escultura mía, también me tuvieron que pagar el seguro. Creo que fue alguien interno porque penetró la seguridad del museo y sacó una pieza en bronce que pesa muchísimo. Pero la historia no termina allí. Luego tuve una exposición por el 86, cuando acababa de entrar Salinas, fui a Palacio Nacional para decretar la nueva institución de CONACULTA que se inició ese día, después de la ceremonia me dirigí al aeropuerto para volar a Arizona, porque cerca hay un barrio con residencias y campos de golf, además hay una parte que son puras galerías, los jueves en la noche hacen un recorrido por todas éstas. Bueno, entre las exposiciones había una mía que fue individual. Una de las piezas era una pareja de tamaño natural, perteneciente a la serie de los amantes, pues había hecho cinco pares en total. Pues también la robaron en la galería, una pieza que vale miles de dólares y, afortunadamente, estaba asegurada. No sé si es un cumplido o una maldición que roben mis esculturas de lugares públicos, pero te puedo decir que esos son momentos notables a lo largo de mi carrera. Pienso que tengo un fan en algún sitio.

DI:¿Qué consejo le da a los jóvenes creadores?

Carol Miller: Que busquen en el fondo de su alma su inspiración y no necesariamente en una clase. El arte no se enseña, el arte nace contigo. Toda la gente viene al mundo con un don, hay quienes tienen don de médico, de abogado y gente con don de artista. Muchas veces tratar de estudiar la técnica para hacer patente y tangible ese don echa a perder la parte creativa y novedosa. Si es necesario aprender técnicas y saber cómo realizar tu idea, pero ésta es tuya, nace de ti y proviene de una parte misteriosa y desconocida de tu fuero interno.

DI: Le agradezco muchísimo por compartirnos su tiempo para hablar sobre su trayectoria y sus experiencias .

Carol Miller: Gracias a ustedes por la entrevista.

 

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Entrevista realizada a Carol Miller por la alumna de la FAD Dora Infante Santiago