SUSANA SÁNCHEZ PRUNEDA
Alumna de la especialidad en arte sacro de la UPM

¿ Quién es Jorge Sánchez Hernández ?


El Maestro Pintor Jorge Sánchez Hernández nace en la Ciudad de México el 23 de abril de 1926. Procedente de una familia católica fue el menor de seis hermanos de los cuales solo tres llegaron a la edad adulta.

Su padre fue banquero, le llevaba 20 años a su esposa Elena, por lo que pronto ella quedó viuda cuando Jorge sólo era un niño de once años. Desde pequeño empezó a mostrar la tendencia a fracturarse los huesos, razón por la que su mamá trataba de mantenerlo quieto, dibujando. Tuvo dos institutrices que fueron sus maestras en la primera y segunda infancia y no fue hasta el sexto grado de primaria que asistió a la escuela en el Colegio Simón Bolívar de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, fundado por San Juan Bautista de Lasalle y continúa (1939) la secundaria en el Colegio Cristóbal Colón de los mismos Hnos.

A los trece años dibujó a la Virgen de Guadalupe en papel Manila, copiándola del natural con lápices de colores de madera, cuadro que conservamos gracias a su madre que lo enmarcó y lo protegió con un vidrio, ésta fue la primera imagen de la “morenita”, de centenares que pintaría después a lo largo de su vida profesional como pintor artístico.

Termina la preparatoria en 1943. Sus hermanos mayores habían optado por la medicina, pero Jorge no quiso entrar a la Universidad, estaba indeciso, quería ser pintor o cantante. Bien eligió las artes plásticas porque a los cuarenta y pocos años de edad se fue quedando gradualmente sordo hasta vivir en el total silencio. Afirmaba que el ojo es el órgano de la estima por lo que se podría comunicar a través del diálogo visual, que va directamente a la parte emocional del hombre. A pesar de ser muy criticado por su familia, se dedicó inicialmente al dibujo comercial para ilustrar anuncios publicitarios en los periódicos de la época.

Alrededor de 1945-46 ingresó a la Academia de San Carlos de la Ciudad de México. Ahí estuvo un tiempo muy corto, ya que enseguida aventajó a alumnos y maestros. Después ingresó al taller de la Mtra. Carmen Jiménez Labora, reconocida pintora y miniaturista poblana con quien aprendió este arte. Pronto dejó este taller por las mismas razones. Se hizo de placas de marfil procedentes de bolas de billar, que el mismo pulía con el fin de hacer retratos en miniatura a la acuarela, tal y como se hacían en tiempos de los Reyes de Francia en los siglos XVII y XVIII.

Fueron muchas las piezas en miniatura que elaboró durante un período de doce años, de tal modo que en enero de 1950, montó una exposición en la “Joyería Gual”, ubicada en la Calle Francisco I. Madero, en el Centro Histórico de la Ciudad de México y le hicieron varios reportajes en revistas y en el cine. Pero aproximadamente en 1960, Jorge dejó de realizar estas obras en miniatura, porque temió perder la vista.

Le aconsejaron estudiar en el extranjero, pero Jorge Sánchez no tenía dinero y sí una madre viuda y dos hermanos casados que tuvieron 10 hijos cada uno. En cuanto a las tendencias o corrientes de Pintura se refiere, a Jorge Sánchez le tocaron “las Vanguardias, pero decía que ninguna le convencía porque eran una fragmentación de la pintura. Quien era “Faubista” le interesa el color, quien era “Abstracto” no considera el dibujo y la forma.

Jorge admiraba a los Grandes Maestros de la Pintura : Diego Velázquez, Zurbarán, Murillo, Caravaggio, Rafael, Miguel Ángel. Buscaba la perfección en el dibujo, el color, la perspectiva, el claro obscuro, el manejo de las veladuras, el tratamiento de las telas, por lo que decidió ser autodidacta y desarrolló su propio estilo; fue cambiando su técnica, sobre todo después que hizo un viaje a Europa y pudo admirar las obras originales de estos grandes artistas. Jorge Sánchez es un pintor barroco en el Siglo XX.

Pero Jorge tenía el problema de los huesos, las constantes fracturas le obligaban a guardar reposo sobre todo cuando se dedicó al muralismo pintando sobre plástico (vinilo), con temas como los jardines del Palacio de Versalles, monumentos de Roma y Venecia, para cubrir paredes en hospitales, restaurantes y casas particulares. Sufrió una caída de la escalera que le inmovilizó por un cierto tiempo.

Probaría ahora con la pintura de caballete y al estilo de Lautrec dibujaba a bailadoras españolas en una Academia de Baile Flamenco. En este episodio tuvo otra fractura al levantarse de la silla y tropezarse con un tapete. Empezó a dar clases particulares de pintura a principio de los años 1950. En este tiempo enfermó de Hepatitis lo que le obligó a encamarse, pero aprovechó para dibujar y leer. Cuando llegó a los treinta años, seguía pintando miniaturas que alternaba con la pintura al óleo sobre caballete.

Conoce a Susana Pruneda, con quien se casa seis meses después (abril de 1958). Procreó dos hijos. Susana Elena, la primogénita, ha sido su representante legal y promotora artística.

Crece su clientela particular cuando entra a exponer y a vender su obra al Bazar del Sábado en San Ángel. Tenía mucho trabajo porque vendía a clientes extranjeros y nacionales lo que exponía cada semana. Niños con vestimentas y paisajes de los siglos XVII, XVIII y XIX, en el ambiente de las Haciendas. Esto les gustaba mucho a sus clientes para sus casas coloniales, haciendas y ranchos, dentro y fuera del país, ya que ponía en alto el nombre de México. Es aquí donde desarrolla el estilo barroco, ideal para este tipo de pintura por lo fastuoso, inacabado y teatral.

COLECCIONES

Empieza el tiempo de las Exposiciones de Jorge Sánchez, él quiere hacer algo totalmente mexicano y darlo a conocer en alguna galería. A continuación describimos sus principales colecciones.

Monjas Coronadas
“Retratos de Monjas Coloniales”, la cual consistió en una colección de treinta retratos de monjas coronadas, con los atavíos de distintas órdenes religiosas en el día de sus bodas místicas en la Nueva España, en los Siglos XVII y XVIII, las había desde las muy austeras hasta las más elegantes. Se vendieron todas las pinturas en la noche de la inauguración en las Galerías Ramos de la Paz, el 21 de agosto de 1975.

Escenas del México Antiguo
En 1976, presentó la exposición titulada “Escenas Ecuestres del México de Ayer” (también conocida como “Escenas del México Antiguo”), la cual constaba de treinta y cinco cuadros en donde se representaban escenas costumbristas de la vida cotidiana, que evocaban la pintura popular mexicana (S. XVIII y XIX).

Sor Juana Inés de la Cruz
En el sexenio del Presidente José López Portillo (1976-1982), hubo un marcado interés por Sor Juana Inés de la Cruz, y realiza una colección de 21 óleos sobre la vida de la monja poetisa y escritora, reconocida como “La Décima Musa”.

Colección Nican Mopohua
En 1981, con motivo del 450 aniversario de las Apariciones Guadalupanas, el Maestro Jorge Sánchez presentó su Colección Nican Mopohua, en 18 óleos sobre tela en los que trata de ilustrar el Nican Mopohua, este importante documento fue escrito en náhuatl por Don Antonio Valeriano, entre los años 1540-45.

Le da vida al documento presentando a la Virgen de Guadalupe que habla, se mueve, se sale del cuadro, viene a dar un mensaje. En el caso de Juan Diego, busca al indígena puro, fuerte, enjuto, servicial, abnegado, dado a lo místico.

Don Jorge nunca tuvo la suerte de tener un mecenas como los artistas barrocos de los siglos XVII y XVIII, ni tenía claro en dónde quedaría su obra. Esta colección no fue hecha por encargo, sino por su gran amor a la Santísima Virgen y su profundo sentido de mexicanidad.

“Así como empieza el Nican Mopohua, así yo comencé a pintar”, decía el Maestro Sánchez. Su primer cuadro presenta una vista panorámica de la Ciudad de México en 1531, a diez años de la Conquista, a lo lejos se ven el Popocatepetl y el Iztaccihuatl, el Gran Lago de Tenochtitlán, las cuatro calzadas; es un amanecer decembrino con visos rojos de la aurora que prefiguran el nuevo día y dos ángeles que “recorren el telón” a manera de teatro para contar la historia.

LA LUZ EN LA PINTURA RELIGIOSA BARROCA


La pintura barroca nace por sugerencia del Concilio de Trento para hacer frente a la Reforma Protestante. Todas las artes se ponen al servicio de la Iglesia presentando temas sobre las principales verdades de la fe católica, se multiplicaron los templos que había que vestir con pinturas. La luz del cuadro proviene de la divinidad, Jesucristo es la luz del mundo (“Lumen Gentium”), la Virgen aparece rodeada por el sol, que es Dios quien la trae y su vientre iluminado es Jesús, nuestro hermano. Por eso está rodeada de luz. Ella es portadora de la Luz. Quien se acerca a Ella, como Juan Diego, se conoce a sí mismo, vislumbra el camino, no tropieza y puede iluminar a otros.

De todas las advocaciones Marianas, la de la Virgen de Guadalupe es la que expresa más amor, ternura y afecto por sus hijos. Los mexicanos somos muy afortunados, porque “No ha hecho cosa igual con ninguna otra nación” (“Non fecit taliter omni nationi”).

EXPRESIONES EN LOS ROSTROS


Jorge Sánchez se especializó en las expresiones de los rostros. Como retratista pintó toda clase de personas, siendo los niños sus modelos preferidos por la espontaneidad en la expresión y la inocencia. Vemos en sus representaciones de la Virgen de Guadalupe una de las expresiones más difíciles de lograr : la mística. La Virgen se comunica con Dios Padre. Los personajes de Jorge Sánchez nunca están solos, siempre hay un dialogo visual, ya sea con Dios o con el espectador.

EL COLOR


Jorge Sánchez se apoya en la teoría del color : Colores fríos y calientes. El azul del manto es el Cielo que baja a la Tierra. La Virgen rodeada de Sol, que elimina la línea del Horizonte. Fondo y figura se funden en una misma escena.

Lo que atrae al espectador de una manera determinante es el rostro, la expresión facial que el Maestro Jorge Sánchez trabaja exhaustivamente a través de veladuras. ¿Cuántas? Las que sean necesarias. Incluso llegó a usar dos lupas para dar mayores detalles finísimos y colocaba el cuadro en diferentes puntos de la casa para estarlo observando desde diferentes ángulos, decía que la pintura se debe ver bien, tanto de lejos como de cerca. También decía que la Pintura es el arte de la paciencia, porque hay que esperar a que seque el óleo para dar otra pincelada, que incluso se puede corregir después.

El Maestro Sánchez realizaba todo el trabajo, desde la preparación de las telas, hasta los barnices finales y la “pátina”. Mataba el blanco con la técnica de “la grisalla” o mezcla de color, que él llamaba “cara de muerto” y continuaba con los rostros. Decía que si lograba un rostro bello, podía proseguir con lo demás, a manera de círculos concéntricos derivados de la cara. Introduce un elemento típico : los angelitos indígenas, siendo por esto continuador del Barroco Novohispano.

8 La huida a Egipto

Colección María, Madre de Jesús
Ahora, su interés es único y exclusivo para la Virgen María, el ser humano más perfecto salido de las manos de nuestro Creador, superior a los ángeles. Después de Ella solo Dios. Se documenta muy bien sobre las costumbres y usos de la época en que vivió la Virgen María, para hacer una Biografía que titularía “María, Madre de Jesús”.

Quería ubicar a la Virgen María en su ambiente original, Palestina hace dos mil años, y a través de las expresiones lograr transmitir el mensaje del Evangelio. No le gustaba pintar aureolas, recurso que utilizaban los pintores para destacar a N. S. Jesucristo, a la Virgen y a los Santos, sino que solamente a través de las miradas, gestos y expresiones, lograba plasmar su divinidad. El Maestro Jorge siempre reconocía que él tenía un talento muy especial que Dios le concedió y que él tenía la obligación de desarrollar y compartir ese don con los demás y así convertirse en un instrumento de Dios para la evangelización.

Colección Escenas del Evangelio
El rostro del Jesús de Jorge Sánchez nace única y exclusivamente del de la Virgen María, porque sólo se parecería a Ella, en su humanidad. Su objetivo fue dar a conocer momentos de la Vida de Cristo que ilustran el mensaje del Evangelio.

Esta Colección de veinte óleos rescata escenas del Evangelio, donde siempre aparece Jesucristo con diferentes personajes como San Juan Bautista, la samaritana, el ciego de Betsaida, la pecadora de Magdala, con Simón Pedro en la pesca milagrosa y salvándolo de las aguas, con Marta y María en Betania, con Lázaro y su familia, con sus amigos en la Ultima Cena. Incluye también cuadros sobre la Pasión, como la agonía en el Huerto de Getsemaní, la Coronación de Espinas, la Crucifixión, la Resurrección y la Ascención.

Jorge siguió pintando, haciendo retratos, inclusive de santos famosos como la Madre Teresa de Calcuta, San José (Colección), San Juan Bautista de la Salle, San Nicolás de Bari, San Carlos Borromeo, San Charbel, San Juan Diego, San Juan Pablo II; precisamente éste fue el último cuadro que pintó (2011). Desde que enviudó en1993 hasta 2010, su hija Susana le organizó sus clases particulares de pintura para que transmitiera sus conocimientos, las cuales impartió en diferentes sedes, creando un grupo de alumnos muy constantes que alegraron su vida hasta que le llegó la vejez y su retiro como pintor artístico.

En el mes de abril de 2016, cuando el Maestro Jorge Sánchez cumplió 90 años, se publicó el libro “Nican Mopohua Un Mensaje por Descubrir”, ilustrado bella y dignamente con su obra pictórica, significando esto la realización de un sueño : evangelizar a través de las imágenes. El pintor Jorge Sánchez Hernández fallece el 7 de diciembre de 2016.