NOEMÍ RAMÍREZ LÓPEZ.

Académico de Diseño y Comunicación Visual, Facultad de Artes y Diseño-UNAM


Abstract 

Pionero del arte conceptual y otras corrientes contemporáneas, concibe al arte como la acción misma de la búsqueda del conocimiento más profundo: el espacio, el universo, el infinito, la espiritualidad absoluta… cuya huella de acción es la obra artística.


“Por sobre todas las cosas, en mis creaciones busco alcanzar esa ‘transparencia’, ese ‘vacío’ inmensurable en donde reside el permanente y absoluto espíritu liberado de todas las dimensiones”, escribió Klein.

Yves Klein artista francés (1928 – 1962) nacido en Niza, ser apasionado e incansable buscador del conocimiento del espacio, el vacío y el presente infinito, primero a través del judo y la filosofía oriental y posteriormente a través del arte: la música, la literatura pero especial y ampliamente a través de las Artes Visuales, disciplina en la que creó en tan solo siete años (1954- 1962) más de 1300 obras y gran número de reflexiones sobre el arte en cuya esencia hay fuerte referente a la filosofía – metafísica, así como a contextos teóricos – artísticos e históricos y una urgente necesidad de grandes cambios en la percepción del mundo y creación de una nueva realidad.

Hace del arte no una herramienta de búsqueda, sino la acción de búsqueda misma: hecha experiencia, acción, creación, de cuya existencia queda tan solo la huella, el registro a manera de pintura, escultura, arquitectura, música, palabra… Artista comprometido con su época, que a mediados del siglo xx sufrió la segunda guerra mundial (1939- 1945), la posterior guerra fría con la división de países y sociedades a manos de las potencias mundiales y la devastación física, emocional y anímica de la sociedad. Y por otro lado el inicio de los viajes espaciales.

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La realidad imperante impulsó un espíritu de cambio profundo en la humanidad, en donde el arte tiene una tarea preponderante como forma de conocimiento y creador de realidades. De ahí que solo una mente creativa, analítica y lúdica como la de Yves Klein abre la puerta en este mundo al Arte Conceptual en donde la importancia no es el objeto en sí, como “objeto artístico”, sino la búsqueda de la esencia inmaterial, creadora de todo el mundo, como él dijo: a través del “arte de pintar… devolver la libertad al estado primordial de la materia”. ( 1 )

En su salto al vacío, performance con registro fotográfico (27 de noviembre, 1960) que conlleva importantes implicaciones conceptuales metafóricas, me atrevo a decir que en su mente y sensibilidad llevaba al color como paracaídas, pues el color para él es el infinito y dice “por medio del color experimento una identificación total con el espacio y soy realmente libre” (2)

El Museo Universitario Arte Contemporáneo de la UNAM acoge en sus salas una muestra retrospectiva con más de 75 obras y una amplia selección de documentos (fotografías, textos, cartas, películas y dibujos) de este artista creador de un parte aguas en el arte actual y por tanto en el devenir de la cultura internacional.

De manera cronológica, bajo tres ejes temáticos que muestran preocupaciones esenciales abordadas por el artista en su producción: la monocromía, la materialidad de la carne y el arte como campo inmaterial, se despliegan en el espacio del MUAC huellas del constante y continuo “salto al vacío” en el acto creativo del cual el perceptor es copartícipe al sensibilizarse a través de dichas obras.

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Abre las salas: “expresión del universo de color naranja plomo”, primera obra monocromática naranja realizada por Klein, que en1955 fuera rechazada por el jurado para su inclusión en el Salón des Realités Nouvelles”. El artista sostiene la idea de que línea inevitablemente genera signos, traza huellas y deviene en escritura: el discurso del valor plástico de la línea; cuyas cualidades se confunden con el entorno de un debate lingüístico. Mientras el color expresa por sí mismo y genera estados de ánimo, niveles de concentración, libera las sensaciones de las cadenas del lenguaje y al ser humano de su propia vida psicológica discursiva; la línea genera casi de manera inevitable dicho discurso, evitando el silencio estético. “Solo los colores habitan el espacio, en tanto que la línea no hace más que viajar a través de él y surcarlo. La línea atraviesa el infinito, mientras que el color es el infinito. (3)

A esta obra seguirían otras piezas bidimensionales de diversos colores y el tan buscado azul ultramar saturado, metálico, brillante al que creo y denominó International Klein Blue, con el cual impregnara en su “etapa azul”: superficies, objetos, copias de obras a manera de ready meade, así como formas naturales como son las esponjas que física y metafóricamente absorben, se impregnan en su totalidad por el color directo y se hacen uno con la materia – matiz al igual que el espectador al mirar las obras. De esta etapa se exhiben también: Retrato-relieve de Arman, (PR 1), 1962. Edición póstuma, 1989. Pigmento seco y resina sintética sobre bronce montado sobre panel cubierto con hoja de oro, 176 × 94 × 26 cm.; Venus azul, (S 41), 1962. Edición póstuma, 1982. Pigmento seco y resina sintética sobre yeso, 69,5 x 30 x 20 cm.; Monocromo azul sin título, (IKB 38), 1957, entre otras.

Por otro lado, resultante de hapenings desarrolla la Antropometría, piezas pintadas con cuerpos humanos (modelos) en movimiento que performaticamente participaban en el ritual de pintar a manera de “pinceles humanos”, ya sea dejando huellas sobre el lienzo de la pintura antes depositada sobre sus cuerpos. O bien dejando el vacío, el negativo de sus figuras cuyo fondo o espacio circundante era pintado con aerógrafo, generando así composiciones que tienen reminiscencias de las pinturas rupestres.

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Incluso también utilizó diferentes substancias para posteriormente exponerlas al fuego, el viento y elementos básicos en donde el viento por ejemplo es el pincel que construye la forma y o el fuego que devasta la materia. De esta etapa denominada también “la materialidad de la carne” podemos ver, entre otras: Antropometría sin título, (ANT 8), 1960 ca. Pigmento seco y resina sintética sobre papel quemado, 102 x 73 cm, Antropometría sin título, (ANT 92), 1960 ca.

“Lo inmaterial es lo único esencial” decía Yves Klein, quien al cumplir 30 años se encerró en la Galería Iris Clert , pintó de blanco sus paredes durante días y al abrir las puertas para su exhibición y mostrar ello como su obra, sin duda el público se sintió extrañado.. la obra, la experiencia penetraba en el espectador, cumpliendo con ello la experiencia artística. Ello le llevó a pintar “zonas pictóricas inmateriales” vendidas por lingotes de oro, mismos que fueron performaticamente arrojados al mar o al río para regresar a la naturaleza, de donde salieron. Lo inmaterial no puede venderse, puede existir en cualquier parte del mundo y acompañarnos por siempre como experiencia artística. Se preguntaba Klein ¿no será el artista futuro aquel que a través del silencio, pero por toda la eternidad, expresará una inmensa pintura carente de noción alguna de dimensiones?. (4). Entre otras, se exhibe: Caja con seis lingotes de oro, 5,5 x 11 x 3,5 cm.

Esta importante e imperdible exhibición inaugurada el 26 de agosto pasado, podremos verla hasta el 14 de enero de 2018.

Paralelamente el Museo Experimental Eco presentará una intervención con el International Klein Blue, del 07 de diciembre, 2017 a febrero 25 de 2018.

Informes: Tel 56 22 69 72


Notas

1- Arnaldo Alcubilla, Javier. Yves Klein. Editorial Nerea. Arte hoy. España, 2000. P 79

2- Arnaldo Alcubilla, Javier, op. cit., p 79.

3- Ibid., p 79.

4- Ibid., p. 85


Imágenes

Imagen de portada: Exhibición de Yves Klein, MUAC-UNAM, (2017). Noemí Ramírez

Imágenes del texto:

Retrato de Yves Klein, ca. 1960 Foto © Harry Shunk and Janos Kender / J.Paul Getty Trust. The Getty Research Institute, Los Angeles.

Yves Klein Pintura de fuego sin título, (F 82), 1961 ca. Cartón quemado montado sobre panel, 142 x 303 cm © Yves Klein Estate, ADAGP, Paris / SOMAAP, Mexico, 2017

Yves Klein Antropometría sin título, (ANT 8), 1960 ca. Pigmento seco y resina sintética sobre papel quemado, 102 x 73 cm © Yves Klein Estate, ADAGP, Paris / SOMAAP, Mexico, 2017